No, no iba a meterme en un vagón de metro un día de semana a las seis de la tarde. Había quedado en la otra punta de Madrid, pero no estaba dispuesto a estar media hora en un espacio cerrado, pequeño, apretujado.
Nunca me ha convencido mucho la idea de desplazarme en bicicleta en Madrid. Me daba miedo: el tráfico en Madrid no tiene buena fama y hay poco carril bici. Para más inri, en los últimos 15 años había montado en bici literalmente dos veces. Pero la prudencia con el virus pesó más, y decidí darme de alta en BiciMAD, el servicio de bicis públicas (y eléctricas) de Madrid ciudad.
Por los 15-20 euros anuales para acceder al servicio, 40-50 céntimos por viaje, y si acaso el precio del casco, tengo acceso a un medio de transporte individual. La inversión es ridícula, comparada con un coche, una moto o incluso con comprar una bici, eléctrica o no. En mi caso, también resulta más barato que el abono de transportes. Parece que no soy el único que se ha dado cuenta: el uso del servicio ha aumentado muy notablemente respecto al año pasado.
Es curioso cómo el diseño del servicio sirve para derrumbar muchas de las barreras mentales a la hora de coger una bici. No hace falta buscar un espacio en tu casa donde meter la bicicleta —un espacio que yo no tengo—. No es necesario tampoco valorar si vas a amortizar la inversión, porque es mínima. Pero, además, el hecho de que las bicicletas de BiciMAD sean eléctricas permite que usuarios sin mucha forma física —como yo— puedan acceder al servicio, y evitar sudar un sobreesfuerzo justo antes de llegar al trabajo o a donde quiera que vayas. Incluso hace el tráfico más fluido para los coches, con los que por gracia o por desgracia tenemos que compartir vías casi todo el tiempo, al menos en Madrid. ¿Tienes el móvil encima? Puedes coger una bici. ¿No tienes saldo? Puedes cargar la tarjeta con la app.
También hay algunas ventajas menos obvias. Crear tu propia ruta, dar un rodeo por el Retiro, volver a casa a la hora que sea, que aparcar rara vez sea un problema. Qué descubrimiento. Y lo tenía delante de las narices. 🚲
Bicis en Madrid for dummies
He montado muy poco en bici en mi vida, y nunca en Madrid, así que estoy aprendiendo un montón. Aquí algunos consejillos para que sea más llevadero y seguro para quienes como yo acabamos de empezar a usar BiciMAD.
- Madrid tiene poco carril bici, pero hay una red bastante extensa de ciclocarriles. Estos carriles se encuentran en la calzada, a la derecha del todo o del carril bus-taxi si lo hay, y obligan a los conductores a adaptar su velocidad a la de los ciclistas, máximo 30 km/h. Aunque era precisamente circular en las mismas vías que los coches lo que más miedo me daba, se agradece tener tanto espacio en la calzada. La Guía Ciclista de Madrid no se actualiza desde 2016, pero es un buen recurso para hacerse una idea del trazado de ciclocarriles, carriles bici y aceras bici.
- Algo que me da tranquilidad a la hora de viajar en bici es preparar bien la ruta. Citymapper es probablemente la mejor herramienta para hacer esto: tiene una opción específica para BiciMAD en la que te muestra las mejores estaciones de salida y de llegada en función de la disponibilidad de bicicletas y anclajes. La vista satélite de Google Maps también permite ver bien qué carril es más adecuado. En todo caso, me ayudo también de la guía ciclista y del sentido común para evitar giros complicados o grandes rotondas como Cibeles o Atocha en la medida de lo posible. (Y, si lo considero oportuno, me bajo de la bici y las atravieso a pie)
- ¿Y si toca improvisar? El modo de navegación de Google Maps también funciona para los trayectos en bicicleta. ¿Pero cómo aprovecharlo si no se puede utilizar el móvil ni los auriculares? Tiene solución: activar la navegación por voz, subir el volumen al máximo y guardar el móvil en la mochila.
- Si tienes claro el destino, reserva el anclaje en la base de destino a través de la app de BiciMAD. Te ahorras 10 céntimos por viaje y haces que el servicio sea más predecible tanto para BiciMAD como para el resto de usuarios. También hay descuento cogiendo la bici en estaciones saturadas y dejándola en estaciones con pocas bicis: en el primer caso, puede salirte el viaje por 30 céntimos si reservas también el anclaje.
- Antes de montarte en la primera bicicleta que pilles, no está de más comprobar que todo está en orden. Yo suelo asegurarme de que la batería está cargada y de que el sillín se puede regular y es de los anchos, más cómodos.
- Hay mucha gente que no utiliza casco en ciudad (no es obligatorio), pero a mí me da tranquilidad. Este es el que me compré.