Este artículo se publicó hace mucho tiempo. Es posible que haya cambiado mi manera de pensar desde entonces.
Como si no tuviera cosas más importantes de las que hablar, hoy voy a permitirme escribir un post de tecnología, de esos que me gustan.
No sé si lo sabéis o no, pero desde hace mes y medio soy un orgulloso propietario de un móvil con Android. Para mi nada abultado bolsillo, Yoigo ofreció un móvil por 0€, 6€ mensuales de contrato (es decir, nada) y sin obligación de contratar tarifa de datos. No se podía pedir mucho: un Huawei, pantalla resistiva; en absoluto llamativo. Sin embargo, y pese a algún problemilla, ha satisfecho sobradamente mis expectativas.
Android es una maravilla. Cuando en su momento fue anunciado, si bien había predicho que Google se movería en esa dirección -un sistema operativo y no un Google Phone simple y llanamente-, ni loco hubiera imaginado el éxito que tendría. Aquí en España empiezan a tener peso, pero es que en Reino Unido me era imposible ir desde casa a la escuela sin toparme con media docena de anuncios de móviles con Android. Y que esto sea así es, sin duda, una gran noticia.
Android significa tener un ordenador en la palma de la mano a precios muy asequibles. Significa que Linux ha llegado a los móviles; significa que el potencial del aparato se multiplica por un millón. Durante mi estancia en Edimburgo pude llamar a mis padres de forma gratuita vía wifi, consultar mi correo, enterarme de las últimas noticias en España y descargarme los PDF para la vuelta. Ayer me sorprendía al ver que ha sido utilizado en el nuevo Papyre, el ebook español: tal es la versatilidad del sistema operativo. Cuarenta mil aplicaciones tiene ya Android Market, y esto seguirá en aumento, teniendo en cuenta el ritmo de crecimiento de la plataforma -que, dicho sea de paso, es mayor que el de iOS-.
Pero hablar de Android es hablar de Google. Y sabéis que, en fin, no soy especialmente benévolo con ellos. No obstante, en un mundo de enemigos, más vale aliarse con el menos malo. Los cuatro colosos de la tecnología/Internet hoy son Apple, Microsoft, Facebook y Google, y, sinceramente: me quedo con el último. Han cometido muchos errores, cierto, pero no tan graves como los que Apple y Facebook están cometiendo o han cometido. Son originales, no dejan de sorprendernos con los experimentos de sus Labs, y abogan por la apertura: Android y Chromium están siendo utilizados en infinidad de proyectos sin coste alguno para los desarrolladores, ni, como es obvio, para los usuarios.
Android es sólido, funcional y accesible. Google no necesita decir que ha inventado la videollamada en pleno 2010: han hecho un buen producto, y saben que no es perfecto -porque no lo es-, mas por ello están poniéndole el mismo empeño que al navegador, su otro «nuevo» producto estrella, hasta el punto de poner iOS y la manzana contra la pared. Sumémosle Maps, Street View, Navigation, Layar, Sky Map, Goggles, Shopper. Android logrará que Internet haga maravillas en nuestra vida cotidiana. Larga vida a Android.